Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes ya desmoronados de la carrera de la edad cansados por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo: vi que el sol bebía 5 los arroyos del hielo desatados, y del monte quejosos los ganados que con sombras hurtó su luz al día. EntréSigue leyendo «Miré los muros, de Francisco de Quevedo»