PCV. — En un reciente artículo publicado en Revista Ñ, el historiador británico Eric Hobsbawm reflexiona sobre la idea de unidad europea. Para el autor, si pensamos el viejo continente en términos cartográficos o en relación a la Unión Europea (UE) aún aludimos a un espacio institucional joven; no obstante, el tema se extiende si nos concentramos en la noción de una Europa ideológica.
«La Europa ideológica es, sin embargo, mucho más vieja —dice Hobsbawm—. Es la Europa tierra de civilización contra la no-Europa de los Bárbaros». Su frontera son las regiones del otro, allende el mediterráneo, lejos del horizonte mental: África, Asia.
El artículo busca ahondar en la idea de unidad europea, un mito para el historiador. Su postura es que la diversidad y la división son la característica al continente. El mismo nombre Europa permanecerá ensombrecido hasta entrado el siglo XVII, cuando la Paz de Westfalia (1648), que puso término a la sangría que supuso la Guerra de los Treinta Años, envalentonó a un cúmulo de estados soberanos que, dice el autor, «no reconocieron ninguna obligación por sobre sus intereses definidos según los criterios de la “razón de Estado” —una racionalidad puramente política y laica—. Es el universo político en el que aún vivimos».
De ahí que para Hobsbawm es falso el argumento de que los valores de Europa —consagrados en la Unión Europea— sean una línea permanente y constante en la historia del viejo continente. La sustancia de la UE, en definitiva, es un producto de fines del siglo XX, alejado de las ideologías totalitarias tan caras para la estabilidad política de la región.
Y, una vez desaparecidos los regímenes comunistas, la homogeneidad política se habría instaurado. Aunque ello no ha sido suficiente para que los europeos se sientan identificados con Europa. «Europa está más presente en la vida práctica de los europeos —finaliza Hobsbawm— que en su vida afectiva».
Eric Hosbawm (1917) es un historiador británico adscrito a líneas marxistas de análisis historiográfico. Sus trabajos más reconocidos en este ámbito son La era de la revolución y La era del capital. Hace 14 años publicó Historia del siglo XX —errónea traducción de Age of Extremes—, donde describe las etapas del llamado siglo XX corto: desde el inicio de la primera guerra mundial hasta la caída del bloque soviético. Una revisión al fracaso del nacionalismo, del comunismo estatal y del capitalismo.