PCV.— La Divina Comedia, escrita a comienzos del siglo XIV, se presenta con una novedad ineludible: la obra de Dante Alighieri, el poeta florentino, el enamorado de Beatriz, es la primera que concibe al hombre como autor y, a la vez, como protagonista.
El poeta, Dante, es acompañado por otro poeta, Virgilio, en su peregrinaje por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. Su propuesta es la perfecta sintonía entre el mundo antiguo —representado en el autor de la Eneida y los múltiples griegos y latinos que emergen— y el mundo del autor, encarnado en Dante y en sus contemporáneos florentinos ya sin vida.
Otra particularidad es que el poeta, guiado por Virgilio, no sufre las penurias a las que se someten los desgraciados de los nueve círculos. Es más: su travesía pacífica le permite ver, conversar y comprender lo que ahí sucede. La base didáctica que sostiene el entramado de la Divina Comedia permite hablar de un viaje de conocimiento de Dante, del mundo que lo rodea y, por cierto, de sí mismo.
Dante y Virgilio descienden por el infierno recorriendo sus nueve círculos; van desde el limbo —donde aguardan las almas de quienes aún esperan ver la gloria de Dios— hasta el noveno círculo, cuna de la peor calaña que reside en las tierras de Lucifer: los traidores, los judas iscariote del mundo.
Dante engloba, simboliza y condensa todo su tiempo en la Divina Comedia. El mundo que le tocó vivir y el mundo que muchos antes que él vivieron es representado —al menos en el Infierno— en los pecados, vicios y maldades de las almas condenadas al sufrimiento eterno. Los torturados, a fin de cuentas, fueron actores activos de la historia y de las viscisitudes de Florencia, cuna del poeta, y al encaralos, Dante hace un ejercicio de análisis del devenir histórico, del tiempo medieval que le tocó vivir.
SI ALGUIEN DICE VIDE COR MEUM??? EN ESPECIAL UNA MUJER QUE QUIERE DECIR EN SU ESTADO DEL WHATAPPS
«Vide cor meum»: Vélo así, corazón mío
Me pareció muy bueno. Gracias