Gonzalo Martínez: «No podemos hacer una rememoranza de pastelería»

El arquitecto Gonzalo Martínez de Urquidi es el autor de un proyecto para remodelar los restos del Palacio Pereira, en San Martín con Huérfanos, que contempla una torre de 23 pisos en su parte posterior. Dos años de trabajo y $1.400 millones costaría sólo la refacción de la fachada y el crucero interior. Presione en la imagen para leer sus argumentos sobre el polémico proyecto.

Hoy sólo sobrevive un tercio de la estructura original del Palacio Pereira. Sus desvencijados muros han desnudado la albañilería de ladrillos que, según el calculista Santiago Arias, se caería con un terremoto. Restos de cornisas y pilastras engrosan los escombros apilados donde otrora hubo un fino parqué. Afuera, una reja cerca la fachada del inmueble que espera un renacimiento como el que estampó en su fisonomía, hace 137 años, el francés Lucien Henault.

Gonzalo Martínez de Urquidi es el autor del proyecto que pretende refaccionar el palacio levantando, además, una torre de 23 pisos. Aunque hace un mes el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó por unanimidad su proyecto, Martínez no da por sentado que la Dirección de Obras de la Municipalidad de Santiago comulgue en esta materia. Aun así, cree que la palabra del Consejo prima. «Es el camino correcto. En todas partes del mundo es así».

Continuidad y cambio
Martínez busca salvar «lo palaciego del palacio»: su fachada y el crucero interior que albergaría exposiciones y sería el acceso a la nueva torre. «Hay que hacer una contraposición entre lo nuevo y lo antiguo —argumenta Martínez—; hacer un edificio contemporáneo que por oposición resalte lo antiguo. No podemos hacer una rememoranza de pastelería, como si fuera el palacio antiguo».

Martínez cree que las refacciones y el rescate estructural del inestable esqueleto de ladrillos es el «impuesto» que tiene que pagar la Inmobiliaria Maullín, dueña del sitio del palacio. Esta tarea, que Iván Falcón, representante de la Inmobiliaria, calcula en unos $1.400 millones y dos años de trabajo, está en manos de Luis Ahumada, experto en conservación de monumentos e imaginería.

La segunda parte consiste en levantar un edificio de 75 metros que busca respetar las normas de construcción sustentable, con tres cuerpos que arman dos jardines en terraza. «Nosotros —dice Martínez, aludiendo al contexto nacional— estamos tendiendo mucho al edificio verde, donde la gente no queda hermética en su interior, sino que haya un asomo al exterior. Nuestra propuesta es construir ‘asomos’ sobre la ciudad».

Además, la torre se ideó para funcionar como edificio corporativo u hotel para ejecutivos. En este sentido, Falcón garantiza que el diseño impedirá que se convierta en albergue de pequeñas oficinas.

Prolongando Huérfanos
A juicio de Martínez, la recuperación de edificios moribundos, el repoblamiento logrado con el subsidio de renovación urbana y la consolidación de un núcleo de servicios están cambiando el centro cívico. Para el arquitecto, su proyecto potenciará una zona adormilada por un peligroso deterioro. «Detrás de esto —asegura— está la continuidad del Paseo Huérfanos y, probablemente en años cercanos, la consolidación del parque sobre la Norte-Sur, que es un proyecto que hace tiempo se está gestando y no se ha armado».

Falcón y Martínez aseguran que si el proyecto no se concreta, la próxima vez se hablará de las «ruinas» del Palacio Pereira. El concluyente informe del ingeniero Arias llama la atención por un derrumbe inminente. «No hay que ser muy experto —indica Falcón— para darse cuenta».

Así lo corrobora una anónima peatona, mientras camina y da un vistazo a la ex residencia del ilustre Luis Pereira Cotapos: «Esta cuestión está que se cae».

*Primer artículo en Artes y Letras, de El Mercurio

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Un comentario en “Gonzalo Martínez: «No podemos hacer una rememoranza de pastelería»

  1. Me cuesta imaginar cómo será la mezcla de estilos arquitectónicos en el Palacio Pereira, luego del post-operatorio. Pero al menos alguien salvará ese edificio, que aunque sea solo la fachada lo que se salva, es parte de nuestro Santiago… y aunque recién ahora se puso en boga la reconstrucción de identidad -en gran medida por la celebración/prostitución del bicentenario- en el común de la gente, se puede decir que Gonzalo Martínez de Urquidi es un comprometido con nuestra identidad.

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