Reconocido intelectual liberal, a los veinte años publicó su primer estudio y se opuso a la candidatura de Manuel Montt. Para eludir un arresto inminente, se exilió en Europa. Visitó el Archivo de Indias y la Biblioteca Nacional de Madrid, donde localizó «algunos legajos» que le permitieron edificar su obra. Criticó la historia filosófica, se interesó en las ciencias, se involucró en las disputas limítrofes con Argentina, y dirigió el Instituto Nacional. Según Sergio Villalobos, «ha sido el intelectual de más profundo significado en Chile», tras Andrés Bello.
Su legado a Chile. Una contribución decisiva a los cimientos de la historiografía nacional, verificable en su «Historia general de Chile».