Para Ricardo Krebs fue «el más universal en la larga serie de grandes historiadores que ha producido nuestro país». Se formó como abogado, pero pronto afloró su vocación por el estudio de la historia. Abarcó una gran cantidad de temas, desde el derecho indiano, los inquilinos y vagabundos, pasando por estudios sobre las ideas y los símbolos, hasta obras críticas de largo aliento. Ejerció la docencia en las universidades de Chile y Católica, amén de dictar cursos en Oxford y Yale. En 1976 recibió el Premio Nacional de Historia.
Su legado a Chile. Entre otras obras, su capital «Ensayo sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX».