Aunque había nacido en Halle, Alemania, para el erudito Alfonso Escudero fue un «hombre que se trasplantó a Chile y llegó a pensar en castellano y honró a nuestra tierra». Lenz era filólogo; manejaba el árabe, latín, griego e inglés, y fue contratado como profesor del Instituto Pedagógico. Publicó un diccionario de voces etimológicas y pesquisó refranes, adivinanzas y a los poetas del canto a lo divino. Bajo su alero se formaron Ramón Laval y Julio Vicuña Cifuentes, continuadores de su tarea recopilatoria.
Su legado a Chile. Dedicó 35 años al folclor chileno y donó su colección de la Lira Popular a la Biblioteca Nacional.